Claro está que
lxs jóvenes hacemos parte de aquella convergencia de rebeldías y que en los
escenarios donde confluimos conservamos nuestra alegría, nuestra esperanza y la
frescura que irradiamos en las calles, en las aulas, los mitines, las
reuniones, en pocas palabras, en los espacios donde luchamos, de aquel espíritu
que llena a hombres y mujeres de un nuevo aire que otorga bríos a nuestro
incesante cabalgar por la segunda y definitiva independencia.
Difícilmente
podríamos realizar en este corto escrito una reconstrucción histórica de la
participación de lxs jóvenes en las incontables gestas populares que colman los
anales de nuestro país. Sin embargo, hoy queremos recordar a Gonzalo Bravo
Pérez; a nuestrxs compañerxs asesinadxs por el régimen, que jamás olvidaremos; a
aquellos y aquellas que desde la complicidad de su juventud luchan día a
día por un nuevo país, desde los lugares
más recónditos de nuestra geografía nacional; al joven Simón Bolívar, que desde
muy pequeño inicio a vislumbrar la necesidad de luchar por una patria grande donde
alcancemos todos y todas por igual.
Hoy también
queremos decir ¡Basta¡ a la estigmatización hecha sobre lxs jóvenes por las
diferentes instituciones legales e ilegales que buscan conservar el statu quo. Nuestras vidas deben
respetarse y por consiguiente nuestras diversas formas de expresarnos. A esto
le sumamos un NO rotundo al servicio militar obligatorio, a las ya
naturalizadas y mal llamadas “limpiezas sociales” y “falsos positivos”, a la
precariedad del trabajo digno para los y las jóvenes, a la ausencia de respeto
en nuestra decisión autónoma de elegir nuestra inclinación sexual, al continuo
avasallamiento de nuestros derechos educativos, en fin, a todas aquellas
barreras que nos impiden desarrollar libremente como jóvenes, que lejos estamos
ya de ser la esperanza de este país, somos presente y vamos por la conquista de
un mejor futuro, porque recordamos y recordaremos, que “si el presente es de
lucha, el futuro es nuestro”.
No claudiquemos
en vivir al máximo nuestra juventud y jamás olvidemos aquello que decía hace ya
tantos años un viejo sabio desde el sur: “ser joven y no ser revolucionario es
una contradicción hasta biológica”. Juntemos nuestras rebeldías y desde ya hagamos
parte de esta gran Marcha que ha empezado a andar. Esta marcha, de gigantes,
que ya no se “detendrá hasta conquistar la verdadera independencia, por la que
ya han muerto más de una vez” jóvenes, hombres y mujeres que decidieron vencer
el miedo y ser “desafiantes jinetes del aire, pobladores de pasillos en las
universidades, rebeldes, inconformes, planeadores de mundos diferentes”.
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Las luces cegadoras de las grandes
ciudades.
Ensordecidxs por el ruido de la metrópoli.
Aisladxs. Siempre mirando al espejo.
La basura que llena las mentes.
¿Y allá? Allá la tristeza, desolación y muerte.
Ensordecidxs por el ruido de la metrópoli.
Aisladxs. Siempre mirando al espejo.
La basura que llena las mentes.
¿Y allá? Allá la tristeza, desolación y muerte.
¿Dónde está el futuro?
Un
vistazo a través del cristal y entonces viene el estremecimiento.
La sangre que corre tiñe de rojo los campos.
Mientras los corazones se ennegrecen por el odio y la venganza.
Siempre sin respuesta. Abandonadxs.
¿Por qué sucede aquello?
La sangre que corre tiñe de rojo los campos.
Mientras los corazones se ennegrecen por el odio y la venganza.
Siempre sin respuesta. Abandonadxs.
¿Por qué sucede aquello?
Ya no basta decir que así son las cosas,
que siempre han sido así.
No hay ‘pero’ que valga.
Porque el amor inunda nuestro cuerpo, y brilla ante nuestros ojos la justicia.
El contraste con el mundo nos encuentra con otrxs, y juntxs nos quitaremos las cadenas.
Ya no estamos solxs. Somos muchxs, seremos todxs.
No hay ‘pero’ que valga.
Porque el amor inunda nuestro cuerpo, y brilla ante nuestros ojos la justicia.
El contraste con el mundo nos encuentra con otrxs, y juntxs nos quitaremos las cadenas.
Ya no estamos solxs. Somos muchxs, seremos todxs.
Ahora conocemos a dónde vamos: al futuro.
Vamos construyendo el camino, porque ya no queremos recordar con amargura.
Haremos el mejor homenaje, marchando hacia un nuevo amanecer con toda la sangre y los caídos, con quienes se liberan de la rutina de mentira y basura.
Vamos construyendo el camino, porque ya no queremos recordar con amargura.
Haremos el mejor homenaje, marchando hacia un nuevo amanecer con toda la sangre y los caídos, con quienes se liberan de la rutina de mentira y basura.
No es posible retroceder.
Aquí nos quedamos con nuestra rebeldía.
Ya falta poco.
Vamos llegando.
Aquí nos quedamos con nuestra rebeldía.
Ya falta poco.
Vamos llegando.
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